Celebramos el Día del Libro con la transcripción de la emotiva misiva que escribió el General Torrijos a su esposa, como último adiós, antes de ser fusilado en 1831.
Málaga, Convento de Nuestra Señora del Carmen, el 11 de diciembre de 1831 y último de mi existencia.
Amadísima Luisa mía: Voy a morir, pero voy a morir como mueren los valientes. Sabes mis principios, conoces cuán firme he sido en ellos, y al ir a perecer, pongo mi suerte en la misericordia de Dios y estimo en poco os juicios que hagan las gentes. Sin embargo, con esta carta recibirás los papeles que mediaron para nuestra entrega, para que veas cuán fiel he sido en la carrera que las circunstancias me trazaron y que quise ser víctima por salvar a los demás. Temo no haberlo alcanzado; pero no por eso me arrepiento.
De la vida a la muerte hay un solo paso y ese voy a darlo sereno en el cuerpo y en el espíritu. He pedido mandar yo mismo el fuego a la escolta; si lo consigo tendré un placer y si no me lo conceden me someto y a todo y hágase la voluntad de Dios.
Ten la satisfacción de que hasta mi último aliento te he amado con todo mi corazón. Considera que esta vida es mísera y pasajera y que, por mucho que me sobrevivas, nos volveremos a juntar en la mansión de los justos, adonde pronto espera ir y donde sin duda te volverá a ver tu siempre, hasta la muerte,
José María Torrijos.
P.D. Recomiendo a Sir Thomas, a mi abuelo y al Griego y a todos mis amigos que te atiendan, te consuelen y protejan considerando que lo que hagan por ti lo hacen por mi. Te remito por Carmen el reloj con tu cinta de pelo, única prenda que tengo que poderte mandar. También te enviará Carmen lo que le haya sobrado de quince onzas que tenía conmigo. Carmen se ha portado perfectamente. Adiós que no hay tiempo. Él te dé su gracia y te dé fortaleza para sufrir resignada este golpe. Por mi no temas, Dios es más misericordioso que yo pecador y tengo toda la resignación y fuerza que da la gracia.
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