Nuestra comunicación ha cambiado y eso afecta directamente a nuestras relaciones personales.

Si antes nos resultaba difícil llegar a comprender a la otra persona teniendo a la persona presente, ahora que la forma de llegar a los demás es mediante otros canales, la comunicación se ve afectada.
Y es que la comunicación cambia mucho en función del canal que empleamos para dar el mensaje.
Cuando hablamos de forma presencial disponemos de mucha información que nuestra mente procesa sin que seamos concientes de ello.
Albert Mehrabian, afirma que en una conversación cara a cara el componente verbal es un 35% y más del 65% es comunicación no verbal. Hay cierta controversia con respecto a los porcentajes que él determinó en sus investigaciones pero si hay acuerdo con respecto a que la comunicación no verbal lleva un peso mayor que la verbal.
Ahora nuestra comunicación para muchos está limitada a un teléfono y pantalla….
- A veces comunicamos a través de un mensaje( canal visual)
- A veces comunicamos a través de una llamada ( canal auditivo)
- A veces comunicamos a través de una pantalla ( visual- auditivo)
Este último es el que más se aproxima a una comunicación cara a cara, pero aun así faltan componentes; percepciones y sensaciones.
Es importante que entendamos que el cómo recibimos el mensaje depende de nuestro estado emocional. Muchas veces alguien quiere comunicarnos algo, pero al estar envueltos en nuestra mente con otras cosas, podemos darle una interpretación al mensaje que no es correcta. Y esto puede ser fuente de muchos conflictos y malos entendidos.

Si estoy envuelta en el enfado por algo, y alguien me da un mensaje neutro o que no tiene mayor intención que comunicar una información, lo más probable es que lo tome desde un lugar que no es, y de una respuesta de defensa.
Ahora mismo estamos viviendo una situación de confinamiento y esto afecta mucho a nuestro estado emocional. Porque no disponemos de ese contacto social que tan importante es para el ser humano y esto nos afecta, claro que nos afecta el no poder abrazarnos y sentirnos.
Por ello, podemos tener las emociones a flor de piel, sentir estados de tristeza, de ansiedad, de apatía…. que interfieren en la comunicación que tenemos con nuestros allegados.
Es cierto que las circunstancias externas nos afectan, pero cuando estamos en contacto con nuestro mundo emocional y hemos trabajado en él, tenemos más control y libertad.
Por eso hay personas que llevan el confinamiento de una forma muy positiva viviéndolo como un momento de crecimiento interno para ellas y otras que sin embargo lo están vivenciando desde el dolor y la ansiedad.
Y todo depende de nuestro conocimiento interno.
Cuando aceptas tus emociones y las manejas, puedes decidir y no dejarte llevar por ellas.
De esta forma la comunicación tiene menos interferencias ya que el comprender el mundo de uno mismo, nos permite generar ese espacio de respecto por el mundo emocional del otro.
El hecho de que nuestra comunicación se haya reducido a mensajes o llamadas junto con la situación de confinamiento puede crear y hacer estallar más conflictos de los que en otras circunstancias podrían darse. Por eso es importante entender las situaciones externas y ser concientes que muchas veces debemos tener más conciencia y comprensión de la situación para abrir en nosotros esa vía que facilite que la comunicación sea más fluida.
Es importante para ello tener muy claro los valores personales y no perder de vista que es más importante regar el amor y conexión que sentimos con la persona ,que abonar las emociones que nos distancien de ello por un “momento puntual”y sin mayor trascendencia.
Esto ocurre en los niños también es muy importante estar atentos a cómo ellos se comunican con sus amigos, porque en estas edades tienen menos recursos lingüísticos y a veces quieren expresar algo y puede crearles una situación de conflictos con sus amigos del alma hasta llegar a sentirse aislados e incomprendidos. Es importante prestarles atención porque para ellos, que ahora están en una edad de construcción de identidad sentir la pertenencia al grupo y ser aceptados es vital para su desarrollo emocional.

Escrito por: Cristina Ballenilla Reina
Psicóloga del Parque Cementerio de Málaga. Parcemasa.