¿Comes o te nutres?

Durante este tiempo de confinamiento, hemos pasado por diferentes etapas

Y en lo que a nuestra alimentación se refiere también.

Al principio, procuramos llenar nuestra despensa con todos aquellos alimentos usuales en nuestra dieta, la mayoría dentro de todo lo sano que intentábamos ser. Pero según avanzaba nuestro tiempo de encierro, la ansiedad llamaba a nuestras puertas y la calmábamos con productos menos asiduos en nuestra vida (azúcares, chips, bebidas gaseosas, bebidas alcohólicas, comida precocinada…).

Igualmente, en lo que a cantidad se refiere, la hemos multiplicado, porque para ocupar el tiempo nos ha dado por  sacar nuestros dotes culinarios y por qué no, repostero también. Esto nos ha permitido ponernos en contacto con la cocina de otra forma, como una expresión creativa y divertida para pasar en familia.

Y claro había que probar nuestras obras culinarias…. Muchas de ellas exquisitas y otras no tanto…. (:D)

Es muy importante comprender el papel tan importante que juega la comida en nuestras vidas, ya que nos aporta energía y nutrientes que nuestro organismo necesita para vivir. Pero como todo en esta vida los “excesos” no son saludables.

Aunque hayamos disfrutado en este tiempo de la elaboración de platos, es importante diferenciar entre comer y nutrirnos.

Dependiendo del estado emocional en el que nos encontremos vamos a hacer una u otra acción. Si estamos ansiosos trataremos de saciar nuestra ansiedad con alimentos con altas cargas calóricas, porque buscamos al recompensa a corto plazo, que en este caso es paliar un síntoma. Sin embargo a largo plazo nos trae más ansiedad, ya su absorción es rápida y no nos sacia. Esto nos impulsa a seguir ingiriendo alimentos poco saludables y la consecuencia a largo plazo es un incremento en la ansiedad y el peso… y viene el peor de los virus…. LA CULPA.

Algo que en principio consideramos que es la “solución” a nuestro problema ( comer para reducir la ansiedad) se convierte en nuestro problema, ya que tiene un efecto en nuestro organismo a largo plazo…. Uno de las mayores causas de muerte y enfermedad se debe a los hábitos inadecuados de alimentación, que traen obesidad.

¿Cómo adquirir entonces hábitos saludables en la alimentación?

Una de las cosas que debemos saber es que muchas veces la señal de hambre que recibimos del cerebro, en realidad es una señal de SED. El organismo necesita mucho agua, pero la señal de sed se va perdiendo con el paso del tiempo.

Seguramente te hayas dado cuenta de que a penas tienes ganas de beber agua, sólo en ocasiones en las que pones a tu cuerpo a realizar actividades físicas que requiere de esfuerzo, y es que a medida que pasan los años esta señal se debilita… Por eso es importante que ingiramos agua aunque no sintamos que tenemos sed.

Por lo tanto, antes de echarte algo a la boca, prueba a beber un vaso de agua, para ver si realmente lo que tu cuerpo necesita es agua en vez de comida. Te sorprenderás de lo que ocurre….

Es muy importante beber mucha agua, ya que  nuestro organismo es en su mayoría agua y facilita la comucación entre las células, para que te hagas una idea te dejamos los porcentajes de agua  que contiene nuestro organismo:

  • Entre el 80% y el 90% de la sangre es agua.
  • La piel contiene entre un 70% y 75% de este líquido.
  • El corazón, el hígado y los riñones, entre el 70% y el 80%.
  • Los pulmones, alrededor del 85%.
  • Los huesos contienen un 22% de agua.
  • Los músculos, entre un 70% y 75%.
  • El cerebro, en torno al 75% u 85%.
  • El tejido graso presenta un 10%.
  • Los ojos están compuestos de agua en una proporción de 90-95%.

Como ves, el agua es fundamental para mantener nuestro equilibrio natural, así que no dejes de beberla.

Otra forma importante para tener cierto control sobre aquello que ingerimos y que no sea la ansiedad quien nos lleva a hacerlo, es pararnos y hacer una pregunta sencilla.

¿Esto nos nutre o nos alimenta?

Es importante hacernos esta pregunta, porque el cuerpo necesita nutrirse no sobrealimentarse. Con esta pregunta, cambiamos nuestra relación con el alimento en sí… Puedes preguntárselo a tu cuerpo, el cuerpo es sabio y sabe perfectamente qué necesita.

Si estás pensando entre ingerir un alimento procesado o una fruta, y te haces la pregunta qué me nutre más tu cuerpo rápidamente elegirá la fruta. Esta pequeña parada te ayudará a tener cierto control sobre qué dejas entrar en tu organismo.

Otras recomendaciones es que le pongas color a tu vida.

¿Qué queremos decir con esto?

Pues que cuanto más colores haya en tu alimentación más rica será. Y es que cada alimento tiene sus propiedades y una forma sencilla de saber si estamos llevando una dieta equilibrada es ampliar la variedad de colores en ella.

Es importante ingerir frutas y verduras de temporada…. Son ligeras nos aportan mucha energía y su absorción es más lenta.

Nuestro cerebro necesita glucosa para funcionar, pero es bueno que provenga de fuentes de energía que nos aporta vitalidad a largo plazo. Ya que ahora hablamos de sostenibilidad, apliquemos esto a nuestra maquinaria, ya que si no cuidamos nuestro cuerpo, perdemos calidad de vida.

Medita: la meditación nos ayuda a calmar nuestras aguas emocionales internas. De esta forma somos más conscientes de las decisiones que tomamos, y no dejamos que nuestra mente nublada decida por nosotros. Ya que en la mayoría de los casos, las decisiones no las tomamos nosotros, si no nuestras emociones.

Practica deporte, o alguna actividad que te permita limpiar las toxinas acumuladas durante el día. La actividad física no solo es bueno para mantenernos con vida, sino que nos da una mejor calidad de vida tanto física como mental. Si puedes realizarla en parques naturales mejor. El verde tiene un efecto muy beneficioso para nuestra mente!

Ahora nos toca recuperarnos un poco. Tenemos horarios para salir a hacer deporte. Intentemos coger rutinas y seguir con nuestra dieta saludable.

Y hagamos lo mismo con nuestra mente. Intentemos hacer balance de este tiempo de confinamiento.

Hoy comenzamos una nueva fase… Si antes teníamos mucho estrés, valoremos el poco tiempo que teníamos. Saquémosle partido a nuestros conocimientos de ahora. Pongámonos de objetivo en aprovechar nuestro tiempo, en dedicarnos espacio para nosotros, para nuestra dieta, para nuestra mente.

¡Aprendamos a cuidarnos!.

Pero no olvidemos que tenemos que ser prudentes. Volvamos a coger una rutina poco a poco, siguiendo los consejos que nos dan, pero sobre todo escuchando nuestro interior. Ahí es donde está la mayor de las sabidurías, en la naturaleza.

Teniendo mucha precaución. Cuidándote, cuidas de todos!!! 😀

Escrito por: Cristina Ballenilla Reina. Psicóloga del Parque Cementerio de Málaga
Con la colaboración de: Lidia Torres.

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