Desde la época de Galeno se sabe que las emociones afectan a la salud de las personas.
La mente, el cuerpo y el espíritu no son entidades separadas y lo que le pasa a uno le afecta a la otra….
Por eso hoy venimos a contaros la importancia que tiene una gestión emocional adecuada para que nuestro cuerpo no enferme. Don Colbert lo comenta en su libro “Emociones que matan”, quien defiende que existe una conexión entre mente-cuerpo y espíritu y esa conexión puede sanarnos o destruirnos.
En su libro relaciona las emociones con los distintos procesos de enfermedad:
Ira y hostilidad: hipertensión y enfermedades vasculares.
Resentimiento: amargura, falta de perdón, odio a uno mismo, desórdenes autoinmunes, artritis remautoidea, lupus y esclerosis múltiple.
Ansiedad: Síndrome del colón irritable, ataques de pánico, prolapso de válvula mitral, palpitaciones.
Ira reprimida: Dolores de cabeza por tensión nerviosa, migrañas, dolor crónico de la espalda, problemas de articulación temporomaxiliar y fibromialgia.
Y es que como él dice hay emociones que matan…..
Es necesario comprenderlas e identificarlas para poder gestionarlas, ya que sostener estas emociones y aferrarnos a ellas afecta a nuestra salud, debilitando nuestro sistema inmunitario propiciando así un desequilibrio del organismo.
Hay mucha literatura científica que pone de manifiesto cómo las defensas de nuestro organismo se debilitan cuando habitan emociones en nosotros de estas características y las sostenemos en el tiempo….
De ahí que se haya despertado tanto interés por reconocer la asociación entre mente, espíritu y cuerpo.
Las emociones aparecen en nosotros por la percepción que tenemos acerca de la realidad. Dependiendo de cómo percibimos las cosas que ocurren y los pensamientos que generamos hacia ellas, aparecerán en nosotros un tipo de emociones u otras..
Toda emoción viene precedida por un sistema de creencias asociado; una interpretación de la realidad, por lo que si cambiamos nuestras creencias cambiamos nuestras emociones y mejoraremos nuestra salud.
Se trata por tanto de tener una mentalidad abierta, comprender que hay en nosotros creencias que no nos ayudan a tener una vida plena, porque son creencias que limitan la realidad y nos causan dolor. Si no somos conscientes y permitimos la flexibilidad mental, caeremos en el victimismo, y seremos generadores de emociones que nos dañan.
Cada vez que sostenemos un enfado en el tiempo es como si nos tomáramos veneno literalmente ,ya que afecta a nuestros órganos internos y crean desequilibrio en nosotros.
Y ahora con la situación que estamos viviendo es necesario mantener nuestros sistemas inmunológicos fuertes, para que puedan hacer frente a cualquier tipo de amenaza.
Para ver si tu sistema de creencias te limita o te hace expande observa y sé consciente de qué emociones son las que sientes con más frecuencia a lo largo del día.
Te sientes……
Enfadado, deprimido, confundido, alerta, inquieto, ansioso, asustado, lastimado y herido, triste, crítico….

O abierto, amable, amoroso, feliz, alegre, dichoso, fascinado, curioso, sorprendido, vivo, optimista, postivo, en paz, calmado, contento, seguro, libre, confiado, fuerte, robusto, relajado, sonriente, natural.

Debemos aprender a ser jardineros, y cultivar las semillas que queremos que haya en nuestra mente para que las raíces se deslicen hacia nuestros corazones y rieguen todo nuestro cuerpo.
Porque elegir qué hacer ante una situación depende de lo que previamente hayamos cultivado en nuestro interior, de la misma manera que si no estamos contentos con el resultado y aparece una emoción podemos cambiar nuestra mente y hacer que en la próxima ocasión no reaccionemos de la misma manera.
Si sueles responder con emociones que te envenenan, no solo te lastimarás a ti, sino a las personas que están a tu alrededor y ellos ya tienen bastante con podar sus malas hierbas para que les demos más trabajo!.
No causes más dolor del que ya sienten los demás…. Muchas veces el evitar hacernos cargo de nuestro dolor hace que lo echemos fuera sobre los otros… diciéndoles que no les quieren, cuando la realidad es que uno se siente querido o valorado, o diciéndoles que no valen o no merecen…
Y nos cuesta comprender que no es de los otros ese dolor, sino nuestro. Sé responsable y hazte cargo de tu jardín. No puedes cuidar el jardín de los demás y ni cultivar tus semillas en los demás…..
Hay personas que se han convertido en personas que dañan, justo porque no se han hecho cargo de sus miedos, inseguridades, y de su dolor.
Y lo mejor es mantener las distancias… ya que ni todo el amor del mundo podría hacerles sentir el amor que deben darse así mismo para curarse.
¿Qué puedes hacer hoy para sentir más aquello que sabes que te beneficiará?
Hazte una lista de cosas y empieza a practicar.
Ya verás como tu vida se transforma, tu cuerpo se transforma y tus relaciones se transforman.
Si necesitas ayuda porque estás pasando un duelo, porque es la tristeza la que te invade y te impide ver las flores que has cultivado en tu jardín., puedes pedir cita aquí
Podemos ayudarte a ponerte en contacto con tus emociones para que recibas el mensaje tan valioso que hay detrás de ellas, aunque sea doloroso es el abono de nuestra vida.
Escrito por: Cristina Ballenilla Reina. Psicóloga del Parque Cementerio de Málaga. Parcemasa.