y sus consecuencias

El teletrabajo, ha sido una medida casi obligatoria dada la situación que estamos viviendo, pero también tiene una fuente de estrés asociado…
Llamadas telefónicas, videoconferencias programadas, exceso de tiempo ante la pantalla, irregularidades con respecto al horario laboral….
Todas estas condiciones que han aparecido y que se juntan con la organización doméstica, generan una fuente de estrés si no establecemos ciertas normas. Porque cuando no estás en casa no ves, y parece que no está pasando, pero cuando estás no puedes negar un evento que se de en tu hogar. Además, a eso le añadimos la situación de aquellos que se han visto con los pequeños en casa, quienes al igual que nosotros estaban “trabajando”.
Para evitar una sobrecarga, es necesario tener mucho autocontrol y disciplina. Porque si nuestra mente es débil se despista ante cualquier acontecimiento cuya prioridad no es, ahora.
Ahora que poco a poco, las empresas van adaptando su plantilla a los puestos de trabajo, la situación no es más fácil. Sino todo lo contrario, porque ahora no hay quien se haga responsable del cuidado de los pequeños y de los mayores.

Las empresas más modernas y más conscientes, se han adaptado a las circunstancias personales de sus trabajadores, facilitándoles así que pueda seguir teletrabajando y al mismo tiempo atendiendo las necesidades familiares.
Estas empresas, saben que el motor son sus empleados, es por ello, que al igual que hubo una modificación en el cambio de paradigma con respecto a las ventas, centrando todas las estrategias en la satisfacción del los clientes, también se han modificado sus políticas y la cultura empresarial, alineando los valores empresariales y preocupándose por el bienestar de sus trabajadores. Estas empresas, han adoptado esa mentalidad y cultura centrando toda sus estrategias de crecimiento en satisfacer las necesidades de los trabajadores, para que se encuentren más motivados y comprometidos con los valores y la cultura empresarial, porque saben que si un trabajador no está satisfecho no contribuye con el crecimiento.
Es por ello que han tomado las medidas pertinentes para favorecer la conciliación de aquellas personas que tengan a su cargo menores, o personas de edad avanzada.
De esta forma consideran que, al estar los trabajadores más felices, realizarán mejor su desempeño. Respetando siempre sus horarios laborales y dándoles flexibilidad en tanto en cuanto, tengan que atender una urgencia en el hogar, que aparezca de forma inesperada.
Muchas empresas, al incorporar el teletrabajo como condición necesaria para continuar con su actividad empresarial, han ido saltándose unas normas básicas de higiene laboral. Había personas que atendían videoconferencias o mensajes a las 21:00 de la noche o incluso a horas intempestivas teniendo unas consecuencias nefastas en la productividad y salud del trabajador.
Estas conductas, fruto de decisiones tomadas desde un estado de supervivencia y una inadecuada gestión empresarial, han pasado factura a sus empleados y a sus directivos. Es, por tanto, muy importante reenfocar y poner en primer orden un programa de higiene laboral que permita al trabajador desconectar para poder reconectar con más vitalidad y energía en su desempeño. Aumentando así su productividad, su compromiso , su satisfacción y su entusiasmo.
Esta planificación, hábitos e higiene vienen dadas por el área de recursos humanos, quien, desde un examen y evaluación de las circunstancias personales de los trabajadores, adopta las medidas pertinentes con el objetivo de potenciar así la satisfacción de los empleados alineándolo con los valores de la empresa y la cultura de la misma.
Una gran labor sin duda.

Es responsabilidad del trabajador, respetar su horario de trabajo, a no ser que surja una emergencia, (que no es lo mismo que algo importante) para poder así mantener un equilibrio emocional y sostener la productividad.
Si los trabajadores disminuyen su nivel de productividad por el teletrabajo, habrá que evaluar qué medidas son necesarias para evitar así un atraso en el ritmo y las obligaciones diarias.
Por lo tanto, la capacidad del trabajador para:
- Planificar,
- Organizar su tiempo,
- Mantener una mentalidad positiva,
- Estimularse y sentirse parte de la empresa aun cuando no haya un contacto físico,
- Tener un gran autocontrol
- Discernir qué es lo importante de lo urgente
- Y otras aptitudes, son vitales para un correcto funcionamiento…….
No debemos olvidar que a todo esto se le suma el miedo que existen aún en los trabajadores, por el posible contagio. El virus no se ha ido y aunque se recomiende una incorporación al trabajo, es necesario extremar las preocupaciones y medidas.
Ya se habla de otro posible brote, incluso hay multinacionales que han vuelto a cerrar sus puertas….
Ante esta situación de incertidumbre, lo más importante es adoptar un mentalidad adecuada, buscar apoyo y sobre todo tener el arte de practicar la presencia.
Porque ahora más que nunca no sabemos qué pasará mañana, y aprender a vivir en la incertidumbre es una habilidad que nos permitirá adaptarnos mejor a las circunstancias.
Escrito por: Cristina Ballenilla Reina. Parque Cementerio de Málaga. Parcemasa.