El duelo en la empresa…

El duelo por la pérdida de un compañero es un tema tabú que pocas organizaciones aborda porque no lo consideran necesario, o porque no tienen las herramientas y el conocimiento para hacerlo.
Parece que cuando alguien fallece sólo los familiares sienten el dolor de la pérdida.
Esta es una creencia tan extendida que ni siquiera se contempla abordar el duelo en el espacio laboral.
Y es que ver el escritorio “vacío” de un compañero con el que compartes 8 horas al día durante 7 días a la semana, no es algo fácil de digerir.

Son muchos los momentos que se comparten y muchas las reacciones emocionales que aparecen ante un acontecimiento así. Puede incluso, que uno comience a replantearse el sentido de la vida o el carácter efímero de la misma, tomando decisiones precipitadas en un momento donde son las emociones quienes tienen el control.
Sabemos que el 80% de las decisiones que tomamos están regidas por un nuestro mundo emocional, por lo que a medida que aprendamos a manejarlas y gestionarlas, empezaremos a tomar mejores decisiones.
Es cierto, que la causa del fallecimiento hacen que el impacto sea diferente. No es lo mismo hablar de un fallecimiento por enfermedad prolongada, que un fallecimiento por muerte repentina. Pero en ambos casos, es necesario tener herramientas para poder elaborar el duelo.
Ante esta situación, se despierta entre los compañeros sensaciones de tristeza, angustia, ansiedad, dificultad para reorganizar el espacio que ahora queda desocupado… y es que no es fácil aceptar la muerte y mucho menos cuando ésta viene de forma repentina.
Dada la situación actual que estamos viviendo quizás muchos han sentido la pérdida de un compañero, es cierto que son momentos de incertidumbre, que el teletrabajo ha hecho que algunos no tenga que enfrentarse a esta situación, sin embargo el vacío se queda.
De la misma manera que es necesario rendir un homenaje a un familiar, también es necesario hacerlo para un compañer@ de trabajo. Al fin y al cabo pasamos más tiempo con ellos que con nuestra propia familia.
Existen distintas etapas o fases por las que hay que pasar para elaborar un duelo, y el no hacerlo, trae consecuencias que pueden afectar a nuestro día a día y a nuestra salud.
Ante un evento como éste, la persona pasa por distintos estados que pueden ir desde la negación ,sentir un gran enojo o rabia, hasta llegar a una gran tristeza y depresión.
Aceptar la pérdida es un proceso dinámico donde todas las funciones y aptitudes de la persona quedan involucradas. Requiere de un espacio interno de reflexión, conciencia y toma de acción, y se recomienda solicitar el acompañamiento en cada una de las etapas para facilitar el proceso y la resolución del duelo. Es un proceso, y como tal necesita su tiempo
En las organizaciones este abordaje es “inexistente”. Y es que tendemos a seguir creyendo que lo no se ve, no existe, por lo que no hay nada que resolver. Suele existir la creencia de que el tiempo hará que los sentimientos y emociones se estabilicen y que será suficiente para que las cosas se acomoden y vuelvan a ser como antes. Pero es de gran importancia que los compañeros puedan afrontar y vivir esta pérdida de forma colectiva.
Cada organización es diferente y elaborar el duelo depende mucho de la cultura empresarial que respiran los miembros.
Dado el momento en el que estamos, donde la inteligencia y agilidad emocional se han convertido en habilidades importantes para la gestión de la empresa y su productividad, creemos conveniente, seguir formando a los empleados y a las empresas en cómo afrontar una realidad que siempre está presente y que siempre estará aunque intentemos camuflarla o esconderla.
Existen 4 tareas que son universales a la hora de afrontar la pérdida de un ser querido tal y como las definió Worden (1991)
- Ayudar a aceptar la realidad de la pérdida y a tomar conciencia de la muerte del compañero. En función de la cultura, suele haber una tendencia a negar la pérdida dando lugar a sentimientos y emociones como la rabia o la tristeza.
- Facilitación de la expresión emocional.
- Ayudar a volver a retomar las rutinas diarias.
- Favorecer la recolocación emocional de la persona que se ha ido. Darle espacio en el corazón y gestionar su recuerdo.
Es importante facilitar espacios internos donde gestionar las emociones de una forma activa y dinámica. Esto no quiere decir, bloquearlas o negarlas sino aceptarlas y comprender que los ritmos de asimilación e integración dependen en gran medida de cada uno de nosotros.
En Parcemasa disponemos de un equipo de psicólogos expertos en acompañamiento del duelo.
Si estás viviendo una situación similar donde ha fallecido un compañero y necesitas apoyo y/o acompañamiento, puedes solicitar una cita con nosotros.
Escrito Por: Cristina Ballenilla Reina. Psicóloga del Parque Cementerio de Málaga. Parcemasa.