Son insustituibles

Esa es a la reflexión a la que ella llegó…

Era una tarde más donde habíamos quedado para seguir trabajando su proceso. Ella estaba en un momento de su vida complicado, era un momento donde todo se había caído y se encontraba con su sensibilidad y vulnerabilidad al descubierto.

En esa tarde, ella venía sonriente, camuflando su fragilidad, peroa medida que íbamos avanzando en la sesión, apareció algo muy especial. «María» comentaba que había perdido hace unos años a su perra. Ella estaba muy unida a ella, era su compañera… habían compartido momentos muy especiales  y el hecho de recordarla le estrujaba el corazón.

Cuando comenzó a recordarla, empezaron a asomar lágrimas que empañaban sus ojos… miraba hacia arriba con una expresión en su rostro donde aun se podía palpar la nostalgia.

Después de dedicarse unos minutos recreando en su mente las imágenes que le venían del recuerdo, bajó la mirada, buscó la mía y me dijo.

Son insustituibles.

Siempre me habían dicho que  cada ser humano es «único»y que no hay nadie en el mundo como nosotros. Y sí, aunque sabía que eso es así, aunque lo sé de forma racional, ahora lo he comprendido, ahora he sentido cuál es el significado verdadero de esa frase.

Tengo ahora dos perritas, y me encantan, cada una de ellas trae a mi vida algo. Son distintas, no se pueden comparar entre ellas ¿sabes? Cada una tiene algo especial.

Yo las acogí. Me costó mucho tomar esta decisión después de la pérdida de Kira ( la otra perrita) pero pensé que merecían tener un hogar y que alguien las amara. Y eso hice, también pensé que esta decisión me ayudarían a superar la pérdida de Kira.

Y ahora entiendo lo entiendo. …

Ella es insustituible, lo que hay en mi corazón cada vez que la traigo a mi memoria, es un cúmulo de grandes momentos, de grandes vivencias. Momentos que han sido muy importantes en mi vida y donde ella, como mi mejor compañera y aliada, me acompañaba. Sabes, esto no lo puede sustituir nada ni nadie. Forma parte de mi vida, de esa historia de mí, de esos momentos que yo viví junto a ella. Y aunque venga otro animal ,no podrá suplantar eso.

Ahora comprendo esa frase ,somos únicos.

Y es que es cierto, la huella, la impronta que dejamos en la vida de las personas es única de la misma manera que la impronta que Kira dejó en mi vida lo es.

Claro, cuando me acuerdo de ti aparece en mí una sensación distinta a cuando me acuerdo de otra persona. Por eso cada uno de nosotros somos únicos. Porque dejamos marcas únicas en cada persona. Ahora entiendo por qué es tan valiosa mi vida, porque de la misma manera que en mí han dejado muchas personas su huella yo he dejado la mía las suyas.

Mientras ella iba haciendo esta reflexión en voz alta y tomando conciencia, yo estaba a su lado admirando cómo la sabiduría brotada de su boca y cómo su cuerpo iba liberando su rigidez a medida que se iba soltando, verbalizando y expandiendo esa comprensión.

Cuando terminó, se hizo un silencio, nos miramos  y le dije: qué bonito que puedas albergar tanto amor en tu corazón a cada ser que pasa por tu vida.

Seguimos en silencio, sintiendo todo eso que había ocurrido, respirando toda esa sabiduría y dejando que nos envolviera. Se creo una atmósfera mágica, nos quedamos ahí un rato y nos despedimos hasta la siguiente sesión.

Cuando se marchó, me sorprendió cómo a través de los animales podemos descubrir en nosotros partes que andaban dormidas, cómo podemos despertarlas y volver a traerlas a la vida. Para poder vivir una vida con más significado y más auténtica.

Muchas veces subestimamos la capacidad que tienen los animales. Ellos nos ayudan a conectar con la parte más humana y más pura que habita en nosotros. Por eso, muchas personas pueden abrir su corazón sin miedo a ellos. Porque ellos lo hacen hacia nosotros. Y es ahí cuando el amor fluye libre, sin cadenas, ni muros, ni fronteras.

Parece que son ellos quienes vienen a mostrarnos y enseñarnos a ser más humanos, a hacernos conscientes de una parte de nosotros que desconocemos. La hemos tapado tanto y la hemos protegido con tanta fuerza que ya apenas conseguimos, ni siquiera nosotros, llegar a ella.

Y es que cuando hay amor, no hay nada que impida manifestarlo.

Escrito por: Cristina Ballenilla Reina: Psicóloga del Parque Cementerio de Málaga. Parcemasa.

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