«No me lo esperaba..»

No me lo esperaba……

Era una noche más sujetada a un hilo de esperanza, rezando para que no sonara el teléfono, para que no llamaran del hospital para comunicarnos lo peor.

Pero sucedió, sonó el teléfono y era el médico, y nos dio la noticia. «No me lo esperaba», creía que ella iba a salir, «No me lo esperaba».

Comenzó a llorar, y a sentir que algo dentro de ella se desquebrajaba… un nudo en la garganta y un pellizco en el corazón le impedían respirar…

Su madre, había fallecido.

Ella llevaba una vida dentro de ella, una vida que se iba creando, mientras otra se iba… Ella era la madre ahora. Ella era ahora la responsable de trasladar todo ese amor y afecto que su madre le dio a su bebé. Este es el ciclo de la vida…

Hicimos una visualización y llevó todo el amor de su madre hacia ella para poder ser ella ahora quien le diera ese amor a su bebé.

Posó sus manos en su barriga y comenzó a respirar pausadamente, dejando espacio para que el dolor se diluyera y dando entrada así al amor…

Ella llevaba una vida dentro de ella, una vida que se iba creando, mientras otra se iba… Ella era la madre ahora. Ella era ahora la responsable de trasladar todo ese amor y afecto que su madre le dio a su bebé. Este es el ciclo de la vida…

Cuando una es hija y se convierte en madre en el mismo instante, una mujer deja de ser la que era y comienza a ser lo que la vida quiere que sea.

Esta es la frase que más solemos escuchar cuando hablamos con las familias afectadas por Covid. “No me lo esperaba, nunca pensé que esto le pudiera suceder”.

Así hablamos de la muerte, algo que todos sabemos que sucederá, pero que negamos de forma rotunda. Y es entonces cuando en esa negación, nuestra mente se atrofia y busca escenarios posibles e ilusorios, porque es incapaz de aceptar la realidad del momento. Y es que la realidad duele.

Y en ese intento de escapar del dolor, empieza a crear escenario que hubiesen podido evitar la pérdida, pero que no son reales. 

Y es ahí donde entra la culpa y con ello más dolor…. La culpa como un intento de escape de la realidad presente, como una huída del dolor, nos trae un dolor más agudo e intenso del que estamos viviendo. 

Y se manifiesta de esta forma…..

Culpándonos a nosotros mismos, culpando a otros, culpando a las circunstancias…. 

«Si yo le hubiese dicho…..»

«Si yo no hubiese ido….«

«Si ella me hubiera hecho caso…«

«Si no hubiese salido…«

Si….. pero no. La respuestas a todos estos Si…… es NO.

No había manera de haberlo evitado. No había forma de saberlo, y no había otra posibilidad distinta a la que sucedió.

La culpa tiende a  hacernos creer algo distinto de lo que está ocurriendo como un mecanismo de defensa. Como no puede aceptar la realidad del presente tiene que buscar y buscar.

La consecuencia es entrar en un estado de víctima e indefensión que paraliza y que nos consume toda la energía.

Nadie ( al menos nadie que tenga un poco de salud mental) se levanta deseando fastidiarse el día, o fastidiárselo a los demás. ( Como digo, los hay, pero es un % pequeño de la población que tiene graves problemas mentales).  

Por esta razón, nadie busca de forma intencionada que le ocurran desgracias. Todos intentamos hacer lo mejor que sabemos y que podemos, con la información, conocimiento y experiencia que tenemos. Y por supuesto que no siempre se acierta, que hay posibilidad al fallo y que eso es lo que nos hace aprender y evolucionar. ¿Qué sentido tiene una vida donde no haya oportunidad de crecer y mejorar?

No tienes la culpa, lo único que tienes es la responsabilidad de cambiar tu situación, de cambiar tus emociones, de cambiar tu mirada. El víctima, solo se queda en la culpa, el valiente se hace responsable de sus resultados y consecuencias y busca la forma de corregir el error.

¿Por qué duele la realidad?

¿Por qué duele una pérdida, qué hemos construido entorno a ella?

¿Es esa construcción real, o es sólo una realidad que está en nuestra mente.?

¿Sufrimos porque nuestra mente crea realidades inexistentes?

El buda decía,

El sufrimiento no es una condición objetiva del mundo exterior, es una reacción mental generada por mi propia mente.  Aprender esto es el primer paso para dejar de generar sufrimiento.

( Esto quiere decir que al ser mi mente, somos responsables de crearla).

Cuesta creer que todo el dolor que sentimos es creado por nosotros mismos,  ya que, como hemos comentado antes nadie se levanta queriendo sufrir. Pero ocurre, y ocurre porque nuestro sistema de creencias no se corresponde con la realidad.

Como hemos comentado al principio de este post, la negación de la muerte, es una negación de la realidad. Por eso se cree que nunca va a pasar ni a uno mismo ni a sus seres queridos.  Por eso el, «no me lo esperaba»…..

Debemos comprender cómo funciona nuestra mente para dejar de generarnos dolor de forma involuntaria. Los sucesos no duelen, duele la forma que tenemos de relacionarnos con ellos.


Si aprendemos a relacionarnos con la vida y la muerte de una forma “realista·” sin evitación, sin engaños,, el sufrimiento dejará de tener su razón de ser… y su razón de existir. 

Si has perdido a alguien y estás en un momento doloroso, estamos aquí para ayudarte y acompañarte en este proceso. No tienes por qué hacerlo sol@, ni tampoco debes hacer que duela más de lo que ya es para tí.

Déjanos ayudarte.

Pide tu cita en:

https://www.goap.parcemasa.es/


Escrito por: Cristina Ballenilla Reina. Psicóloga del Parque Cementerio de Málaga. Parcemasa.

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