DUELO EN TIEMPOS DE COVID-19

y algo más

El presente artículo está basado en la situación de pandemia por Covid-19. Hemos oído hablar y hemos hablado de esta enfermedad por todos lados, en la televisión (informativos), en la radio, en internet, entre amigos, entre familiares, con vecinos, con compañeros de trabajo… etc. Nos ha hecho pasar por una época que ninguno de nosotros y nosotras esperaríamos vivir, nos ha servido para unirnos como sociedad ante una amenaza mundial, nos ha hecho pasar por situaciones que no desearíamos vivir, pero también nos ha privado de libertades, y en este sentido nos ha hecho vivir un proceso de duelo. Por ello, queremos contarte que este no es un artículo más, este artículo, aunque menciona la enfermedad, está dirigido a ti.

Queremos decirte que no estás solo o sola, y entendemos que, ha habido situaciones difíciles de afrontar, cada una de ellas te ha marcado de alguna forma, entonces, solamente por eso es importante. Pretendemos acompañarte en este proceso.

Dada la importancia de lo que vamos a contarte, si tu malestar persiste, no temas pedir ayuda profesional. ¿Te atreves a hablar del duelo? El duelo Para empezar ¿qué es el duelo? ¿la pérdida de un ser querido? ¿un malentendido con un amigo? ¿el despido de tu puesto de trabajo? ¿esas vacaciones que nunca llegaron? ¿planes que se han roto? ¿la ruptura con tu pareja? párate un instante a pensar, ¿qué situaciones difíciles has tenido en tu vida? Seguramente, hayas vivido alguna de las situaciones que se han mencionado. Podemos decir, que en cada una de ellas hay un duelo, y, posiblemente, has tenido que pasar por alguno. Ahora te lanzo otra pregunta, desde que empezaste ese proceso de duelo hasta el día de hoy, ¿sientes lo mismo que en ese momento o ha cambiado algo? si ha cambiado piensa, ¿cómo ha evolucionado? Bien, esto no es más que una tarea para tomar conciencia de dónde nos situamos ahora. El duelo, no son los sucesos en sí, sino el proceso de sanación que se origina de un acontecimiento que ha sido duro para nosotros. Es la reacción natural que tiene nuestro cuerpo ante la pérdida, una forma que tiene nuestro organismo de procesar el sufrimiento y el dolor, es un proceso de adaptación a la nueva realidad. Según la autora Elisabeth Kübler – Ross se diferencian cuatro dimensiones: 1. Trauma. Se da en el inicio del acontecimiento, relacionada con los aspectos inmediatos del mismo que están ligados a las emociones. Este periodo, comienza desde el inicio de los síntomas hasta la hospitalización y el fallecimiento.

2. Protección. Esta etapa está caracterizada por la negación, no es más que un mecanismo de defensa de nuestro organismo para alejarse del dolor, ya que, este es insostenible. Trata de crear una coraza para minimizar el dolor de la pérdida. Pueden aparecer respuestas cognitivas “si le hubieran atendido a tiempo…” “si hubiera tenido más cuidado no habría enfermado…”

3. Conexión e integración. En este proceso, pueden experimentarse las emociones de forma más intensa, sensaciones de vacío, tristeza, dolor… se da un aumento en la sensibilidad de la persona.

4. Crecimiento. Después del duro viaje en nuestro interior, comenzamos a ver hacia afuera. El dolor deja de ser tan intenso, y aunque seguimos, teniendo en mente a nuestro ser querido, el mundo se ve desde un ángulo diferente en el que poder plantear nuevas metas. Un allegado ha fallecido de Covid-19 y no he podido despedirme.

Muchas personas, han tenido que verse en la situación tan complicada de separarse de sus seres queridos, en algunos casos los síntomas comienzan a empeorar, teniendo que llamar a una ambulancia, y ver, cómo esa persona se va al hospital sin que sus allegados puedan acompañarla. En estos momentos tendrás muchas preguntas en mente, “podría haber tenido más cuidado”, “cómo es posible que haya pasado todo esto”, “¿qué está ocurriendo?”. Es normal tener todas estas preguntas, ten en cuenta que ésta es una situación excepcional en la que ninguno se esperaba que fuera a escalar tanto la situación. Es importante tener claro que esta situación no es culpa nuestra, es una situación que se escapa de nuestro control y, es por ello que, ahora más que nunca debemos ser comprensivos y compasivos con nosotros mismos. Debido a las restricciones establecidas por el COVID-19, no está permitido que los familiares de fallecidos por COVID-19 velen o realicen actos funerarios. Pero esto, no quiere decir que no se pueda realizar rituales o que no puedas expresar un último adiós. La despedida es un proceso importante que nos dará algo de tranquilidad, pero en muchos casos eso no es posible y pueden aparecer sentimientos de culpa, arrepentimiento, ansiedad, angustia… Es por ello por lo que te proponemos las siguientes técnicas que puedes emplear en caso de que no hayas podido despedirte, o en el caso de que aún sientas que no lo has hecho del todo.

❖ Carta terapéutica Esta carta debe estar dirigida al familiar que falleció, el objetivo de esta técnica es poder expresar lo que sentimos y despedirnos. No hay tiempo limitado ni espacio. Podemos empezar escribiendo su nombre para referirnos a él o ella, seguidamente escribe todo lo que sientas con detalle y expresa aquellas cosas que habrías querido decirle. Esto podría ayudarnos a sacar ese nudo que se quedó dentro de nosotros. Por último, escribe una despedida. Esta parte es crucial ya que es importante tomar conciencia de que esa persona no va a volver, pero siempre la recordaremos con cariño. Una vez terminemos la carta podemos doblarla y cuando estemos preparados quemarla o liberarla en algún lugar que nos recuerde al fallecido.

❖ Canción de despedida Ve a algún lugar que le gustase al fallecido, si es un lugar abierto, tranquilo o en la naturaleza mucho mejor. Puedes dar un paseo, la clave principal de esta técnica es dedicar una canción a un allegado que falleció, por lo que, puedes escuchar su disco de música favorito o elegir una canción que te recuerde a esa persona. Permitámonos sentir y expresemos lo que sentimos y pensamos al fallecido, nos lo podemos tomar como una forma de rendir homenaje a esa persona tan querida. Decirle que la recordamos, que la extrañamos, y finalmente despedirnos de él o ella.

❖ Ceremonia Realizar una despedida no implica necesariamente que tengas que despedirte solo. Puedes reunir a la familia o a las personas más cercanas para realizar una ceremonia en honor al fallecido. Puede ser una comida en la que se recuerde al fallecido, por ejemplo, cocinando sus platos favoritos. Una reunión en algún lugar especial donde poder rememorar a la persona. Unido a la primera técnica (“Carta terapéutica”), otra opción, sería hacer una reunión con los familiares y allegados para dejar volar farolillos (son estructuras de papel, de poco peso, que están diseñadas para volar si se les enciende la mecha con fuego) o globos biodegradables que contendrán las cartas terapéuticas de cada uno de los miembros que haya querido escribirle. Hay muchas técnicas que pueden ayudarnos a despedirnos. Cada persona tendrá una forma diferente de afrontar esta nueva realidad. Por lo que hay tantos caminos para despedirnos como personas. Te animo a que encuentres el tuyo, ya sea, mediante la pintura, la danza, una conversación, la escritura, el teatro…. o la forma que mejor se adapte a ti y tu sentir. Hazlo como mejor te venga, pero exprésalo.

Regulación emocional.

Me siento mal y no sé por qué.

Como comentamos en el apartado anterior un duelo no solo se debe a la pérdida de un ser querido, el duelo, es cualquier situación de pérdida que produzca malestar y dolor en nosotros.

❖ “Cada persona es un mundo”. Lo primero que hay que entender es que cada persona siente diferente, por lo que va a realizar su proceso de forma diferente, cada uno tiene su tiempo.

❖ Permítete sentir. A veces tratamos de alejarnos del dolor pensando que así podemos escapar de él, cuando en realidad ocurre lo contrario. Te propongo que pares un segundo, que dejes lo que estás haciendo y te tomes un poco de tiempo para sentir. Cierra los ojos, respira y escucha a tu cuerpo. ¿Qué trata de comunicarte? ¿Qué te dicen tus emociones? Escúchalas y se comprensivo con ellas.

❖ Déjalo fluir. Date permiso para llorar y permite que las emociones salgan. Para ello, puedes apoyarte de: o La escritura. Escribe sobre lo que sientes, siempre desde el respeto a uno mismo, y se comprensivo contigo mismo/a. o Arte. Utiliza el dibujo, la acuarela, aquello que represente lo que sientes. o Música. La música puede ayudarte a expresar esas emociones. o Medita. Trata de dejar la mente en blanco y recibir esas sensaciones que te llegan desde tu sentir. En resumen, cualquier apoyo que pueda ayudarte a sacar y soltar ese nudo. Llorar es de valientes, porque el que llora es aquel que se enfrenta a sus mayores miedos.

❖ Acepta la nueva realidad. Es importante tomar conciencia de lo que se ha perdido, en el caso de la muerte, hay que ser conscientes de la irreversibilidad, del no retorno. Es un proceso doloroso mediante, el cual, se florece.

❖ Haz del mundo un lugar mejor. Una vez hayas pasado por todo ese proceso te animo a que conozcas la nueva versión de ti. Descúbrete a ti mismo, y busca nuevos objetivos y horizontes. Te animo a que te conozcas mejor, a que prestes atención y comiences a ver hacia afuera para observar el mundo que te rodea, para seguir aprendiendo de él. Tras una pérdida no hay que buscar olvidar lo ocurrido, al contrario, una vez has pasado por todo ese camino interno, una vez has sentido ese dolor, rabia, tristeza… queda observar lo que ocurrió, recordar con amor a esa persona o darnos cuenta de lo mucho que aprendimos con esa situación. Llega un momento, en el que ya nos daña lo que ocurrió, y es por ello que, no se trata de olvidarlo si no de aprender a vivir con la perdida por que llegara el día en el que dejara de doler como solía hacerlo. Recuerda que no hay tiempo limitado, que no hay emociones correctas o incorrectas. Estigma social: Covid-19 El estigma consiste en discriminar a un grupo específico de personas, un lugar o una nación. El estigma está asociado al desconocimiento acerca de cómo se propaga el COVID-19, la necesidad de culpar a alguien, el temor a las enfermedades y a la muerte, y a los chismes que fomentan rumores y mitos. No existe ninguna característica que haga que una persona sea más propensa a transmitir Covid-19. Este tipo de creencias no fundamentadas pueden dar lugar a la discriminación por parte de la población hacia algunas personas.

A continuación, presentamos algunos grupos de personas que se han visto afectadas:

  • Personal sanitario.
  • Grupos de minorías raciales y étnicas.
  • Personas que han sido diagnosticadas tras dar positivo en la prueba de Covid-19, o bien, personas que han pasado la enfermedad.
  • Personas con alguna afección médica, y que tengan la necesidad de toser en público.
  • Personas sin hogar. Actualmente en nuestra sociedad se le da excesiva atención a la desinformación, esto puede generar grandes problemas sociales y conflictos, además, de afectar personalmente a los grupos mencionados. Por ello, si conoces de alguien que promueve este tipo de información, te pedimos que hagas saber que se trata de un bulo. Para saber más de mitos y verdades, puedes consultar el apartado correspondiente en este mismo artículo.

La vida después del Covid – 19

¿Cuándo va a acabar esto? ¿Qué pasará cuando todo esto acabe? ¿Podré viajar? ¿Nos volveremos a encontrar? ¿Te podré abrazar? ¿Se acabarán las restricciones? ¿Comeremos todos juntos en familia? Imagino que estas serán algunas de las preguntas que te has planteado entre otras muchas. Estas son algunas de las actividades que realizamos antes de la pandemia, y que, en ocasiones, no les dábamos la importancia que hemos observado que tienen (darnos un abrazo, vivir la ilusión de conocer un lugar nuevo, practicar nuestro deporte favorito y a la vez respirar plácidamente aire fresco…). A primera vista, para algunos parecería que cuando se extinga el virus, aparecerá una segunda vida, llena de diversión, energía, motivación… Sin embargo, no es precisamente necesario esperar a que esto ocurra. El ser humano como todo animal, tiene una capacidad de adaptación al medio, y nuestro medio, no es el mismo que el que era hace alrededor de un año. Por ello, te proponemos algunas actividades que te pueden resultar gratificantes en este momento por el que estamos viviendo:

• Haz deporte. El deporte nos activa fisiológicamente, pasamos mucho tiempo en casa o delante de la pantalla de un ordenador, y puede que estemos descuidando nuestra salud. El deporte nos pone en contacto con la vida, aumenta el pulso cardiaco y nuestra oxigenación. Si eres de los que les gusta moverse, esta es una buena opción.

• Dar un paseo. Si, por el contrario, eres una persona más tranquila, dar un paseo un par de veces en semana puede traerte beneficios.

• Toma el sol. Diversos estudios relacionan el proceso de duelo con una falta de vitamina D. Por este motivo, aprovecha los ratos en los que puedas enriquecerte de esta fuente de energía natural.

• Aficiones. Aprovecha este tiempo para descubrirte a ti mismo y aquello que siempre has querido hacer y nunca has hecho cómo tocar algún instrumento musical, cocinar, aprender un nuevo idioma, mejorar tus habilidades informáticas, cuidar de una panta…

• Conócete a ti mismo. Es una oportunidad para conocerte, mejorar tu inteligencia emocional, plantearte tus valores (tanto en amistades, como en relaciones hacia ti mismo y hacia los demás…).

• Ponte una meta y plantéate pequeños objetivos que te lleven a donde quieras llegar. ¡No lo dejes para más adelante!

• Reúnete con amigos para compartir vivencias, sentimientos, emociones y pensamientos, si no puedes hacerlo de forma presencial organizar quedadas virtuales siempre será una gran opción.

• Come sano. Por último y no menos importante por ello, consume comida saludable. Es muy gratificante comer dulces o comida basura, de entrada, activa nuestro sistema y hace que nos sintamos muy felices, pero lamento comunicaros que esta felicidad es efímera, ya que, pasados unos 30 minutos se da una bajada de azúcar lo que nos va a conducir a sentirnos más ansiosos. Pero ¡tengo buenas noticias! La comida como la fruta, el pescado, o las legumbres entre otros muchos alimentos saludables no solo harán que nos sintamos más despiertos, sino que, también, nos sentiremos anímicamente mas estables.

 Escrito y redactado por Nerea Del Cura García y Olivia Abril Fermín Churio. Estudiantes de la Universidad de Psicología de Málaga. Parcemasa.   

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