CONSIDERACIONES SOBRE LAS DISTINTAS NECRÓPOLIS DEL ÁREA DE CHURRIANA

Entre los años de 1960 y 1970 se produce una serie de descubrimientos de suma importancia en el área de Churriana, consistente en núcleos de distintas necrópolis, consecuencia del poblamiento de la zona del Bajo Guadalhorce o Río Málaga, aeropuerto y la misma Churriana.

Todos estos conjuntos están dentro del territorio de esta población. En el mismo centro del pueblo aparece un pebetero de la diosa Tanit. En los terrenos donde hoy se ubica la zona de naves industriales, en su margen izquierdo, aparecieron varias docenas de tumbas de carácter monumental de época romana. En la Estación de San Julián se descubrió otro pebetero de Tanit (con el cual se hizo la reproducción que hay en la Fundación Málaga), presumiblemente correspondiente a una tumba que formaba parte de la necrópolis del Cerro del Villar, a la que igualmente se le puede adherir la necrópolis de los arenales de la Urbanización de Guadalmar, donde aparecieron materiales fenicios y romano.

En las obras de la ampliación de la segunda pista del aeropuerto de Málaga, se descubrieron los restos de un importante templo fenicio del siglo IX a.C. vinculado al culto y ritual necrolítico o de la muerte y, obviamente, de la vida, a través de las diosas de Isthar, Isis, Astarté y de la misma Tanit.

En la antigua ampliación de la primera pista del aeropuerto apareció un conjunto de tumbas romanas de donde se recuperó una pulsera de plata.

En el siglo XIX se producen descubrimientos de gran importancia. Así, se puede destacar el hallazgo de una docena de tumbas monumentales fenicias de carácter orientalizante, todo a tenor del célebre “Bronce de Churriana” que el egiptólogo de la Academia de Francia Jean Leclant declaró como una de las piezas fenicias egiptizantes más relevantes del Occidente mediterráneo. Estas semitas eran auténticos mausoleos, visibles desde cualquier punto. Desgraciadamente fueron destruidos.

Con seguridad, en la zona de Churriana siguen existiendo grupos de necrópolis, todos dentro del concepto cosmológico del rito de la muerte. No en vano, hay un hecho consustancial a este fenómeno astral: todas se ubican al margen derecho del río Málaga; es decir, al Occidente, al Ocaso, al punto donde muere la vida: el Sol.

Pero evidentemente, hoy el Cerro del Villar debe ser el punto de referencia de cualquier investigación a la hora de valorar todo este conjunto histórico.

Juan Manuel Muñoz Gambero
Arqueólogo de la Fundación Málaga